Etiqueta: Viena

  • Eric Kandel: La era del inconsciente

    Eric Kandel: La era del inconsciente

    “La era de la introspección es producto de mi consiguiente fascinación con la historia intelectual de Viena entre 1890 y 1918, así como de mi interés por el arte modernista austriaco, el psicoanálisis, la historia del arte y la ciencia del cerebro, que es la obra de mi vida. En este libro, analizo el diálogo entre arte y ciencia, aún en curso, que se originó en la Viena de fin de siglo, y documento sus tres fases fundamentales.
    La primera fase surgió como un intercambio de intuiciones sobre los procesos mentales inconscientes entre los artistas modernistas y miembros de la Escuela de Medicina de Viena.
    La segunda fase prosiguió como una interacción entre el arte y una psicología cognitiva del arte, introducida por la Escuela de Historia del Arte de Viena en la década de 1930.
    La tercera fase, que se inició hace dos décadas, vio interactuar a esa psicología cognitiva con la biología para sentar las bases de una neuroestética emocional: la comprensión de nuestras reacciones perceptivas, emocionales y empáticas a las obra de arte”.

    El libro La era del inconsciente retrata la Viena de entre siglos (de 1890 a 1918) que reunía a científicos, pensadores y artistas, entre los que destaca a Freud, Schnitzler, y los pintores Klimt, Kokoschka y Shiele.

    La obra está dividida en cinco partes, la primera de ellas es La psicología psicoanalítica y el arte de la emoción inconsciente.

    Eric Kandel (Viena, 1929 – ) es un neurocientífico y psiquiatra especializado en aprendizaje, memoria y neurotransmisores. Recibió el Premio Nobel de Medicina en 2000.

  • La Viena de Freud

    La Viena de Freud

    Viena creció rápidamente: de medio millón de habitantes en 1859 a dos millones en 1900.

    Viena era la capital de Imperio austrohúngaro, que comprendía las actuales Austria, Hungría, Croacia, Chequia, Eslovenia, norte de Italia y otros territorios.
    El Imperio se había formado en 1867, tras la revolución de 1848 en la que Hungría se sublevó contra los Habsburgo austríacos, y funcionó como monarquía constitucional de democracia limitada hasta el asesinato del emperador Francisco Fernando que dio inicio a la I Guerra Mundial.
    Durante estas cinco décadas, el Imperio combinó el liberalismo económico gracias al empuje comercial judío, con el inmovilismo político que aparcó las tensiones étnicas y la prevalencia de la aristocracia bajo la figura patriarcal del Emperador, provocando una decadencia que se había iniciado con la hegemonía de Prusia y acabó en 1916 con la abolición de la monarquía y la fragmentación del Imperio. Las luchas políticas en Austria entre socialdemócratas y nacionalistas antisemitas se mantuvieron hasta la anexión por Hitler en 1938.

    Como en el caso de Kafka, la familia de Freud emigró del campo a la ciudad cuando este tenía sólo 3 años (Freud había nacido en un pueblo de 5.000 habitantes en Moravia), en busca de un ambiente cosmopolita que no fuese hostil a los judíos.

    La Viena de entre siglos era una ciudad moderna en la que contrastaba una moral victoriana, la riqueza económica en gran parte debida a una burguesía de origen judío, la vitalidad vanguardista del arte, y el desarrollo tecnológico. Como efecto, una hipocresía como compromiso entre el conservadurismo de las costumbres y el progreso técnico y artístico.
    Y una fuerte influencia de la población judía en la economía y la cultura: a finales del XIX, la mitad de profesionales liberales (médicos, abogados) eran judíos; igualmente, la mitad de los estudiantes de Medicina en la Universidad de Viena eran de origen judío.

    Algunos de los artistas, muchos de ellos judíos, que vivían y trabajaban en Viena en estos años: escritores (Stefan Zweig, Arthur Schnitzler, Karl Krauss, Hofmannsthal, y especialmente los posteriores Robert Musil y Joseph Roth), pintores (Oscar Kokoschka, Klimt, Egon Schiele), músicos (Mahler, Schoenberg, Alban Berg).
    Además, en 1921 se formó el Círculo de Viena que reunió a filósofos y científicos, influenciado por Ludwig Wittgenstein, nacido en Viena.

    Enlaces:
    Amalia SOCCI: Contexto cultural de la Europa y la Viena de fines del Siglo XIX y comienzos del XX
    Laia MUÑOZ OSORIO: Retrato social y cultural de Viena en la Belle Epoque
    Rubén JARAMILLO: La Viena de Freud: su contexto histórico, político y cultural

  • «Ya no existe una Europa central psicoanalítica» (Élisabeth Roudinesco)

    «Ya no existe una Europa central psicoanalítica» (Élisabeth Roudinesco)

    Freud, Otto Rank y Alfred Adler eran austríacos, Wilhelm Reich era natural de Ucrania, Erich Fromm era alemán, Sándor Férenczi húngaro, Carl Jung suizo.
    El psicoanálisis, perseguido o despreciado en la Europa central por nazismo y comunismo, se extendió por el mundo anglosajón con el empuje de Anna Freud, Winnicott o Melanie Klein.
    Hoy queda poco de este cosmopolitismo: parece que sólo en Argentina y Francia (herencia de Lacan difundida por Jacques-Alain Miller) puede estudiarse Psicoanálisis en la Universidad.

    «Viena fue al mismo tiempo el origen del sionismo, del socialismo, del psicoanálisis y de los movimientos de emancipación socialdemócrata marxista. Todos compartían la ambición de cambiar el mundo mientras estaban encerrados en un tiempo inmóvil. Porque Viena era una capital congelada en su historia, con este imperio moribundo que, sin embargo, permitía una increíble libertad a las minorías de todo el imperio. Fue este crisol cultural el que dio origen a todos estos movimientos, incluso el psicoanálisis.
    Por supuesto, en Viena está el Museo Freud, un lugar de memoria que visito con frecuencia. Pero el otro está en Londres. Cuando abandonó Viena en 1938, Freud se llevó consigo: sus muebles, sus libros, sus archivos, sus manuscritos. Actualmente, su departamento en Viena (19 Berggasse) es un museo de sus orígenes, un lugar virtual de la memoria donde se organizan exposiciones, simposios, etc. Pero los psicoanalistas ya no están allí. El Museo Freud de Londres es un museo lleno de recuerdos de Viena, pero demuestra que el psicoanálisis es anglosajón. Allí en Londres, Freud y su familia han reconstruido el ambiente de Viena, lo que resulta fascinante para un historiador. Todo esto simboliza el despojo, la desposesión del psicoanálisis que tuvo lugar en Europa Central.» (Élisabeth Roudinesco)


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