Etiqueta: In Treatment

  • En terapia, temporada 4: secuela fallida

    En terapia, temporada 4: secuela fallida

    Sacada de la manga diez años después de finalizada la serie, esta cuarta temporada se añade a una oferta con una inflación galopante. Más plataformas, más series, más estrenos, más precuelas, más de todo que el mundo se acaba.

    De entrada, suena a estrategia comercial (si es que alguna serie no lo es) forzada. Artificial. Como resucitar a un antepasado ilustre vía clonación como ya es común entre los ricos: muere su mascota y encargan una réplica para no experimentar la pérdida. La eternidad a tiro de empresa genética.

    Para enganchar a los huérfanos de aquella serie que se convirtió (misterios de la industria, o mejor: de la audiencia) en la más versionada de todos los tiempos de la tele, esta cuarta entrega ha pasado por el quirófano de la ética y estética postmodernas. Donde había sobriedad, sala a media luz con libros y diálogo con pausas, ahora la psicóloga estrena look cada episodio. Los Angeles al fondo de la terraza: ¿hay alguna ciudad más caótica y postmoderna que L.A.? Cada día, Brooke con un vestuario distinto, impecable, deslumbrante.
    Esta es la fachada, acorde con una casa de diseño y una iluminación con mucho resplandor, que contrasta por supuesto con la oscuridad nocturna en que transcurren sus episodios de recaída existencia de mano del alcohol. Una fachada que se cuela por la vista para jugar a un discurso progre, demócrata por supuesto (un diálogo con Rita lo subraya), que hace un guiño tras otro a la cultura woke que aspira a convertirse en religión.

    Una protagonista absoluta al que le han regalado todos los atributos que luchan en el mercado de las ideas: mujer, gorda, negra, cuarentañena, alcohólica, madre soltera. ¿Para qué? Para contarnos (e identificarnos con) el sufrimiento de la época. Tenemos dinero, sexo, casa de lujo, libertad. Pero nos falta algo. Ah, qué desgraciados nos sentimos.

    Me han gustado los episodios dedicados a Colin y Laila, he encontrado confuso el retrato de Eladio y me parece malo el planteamiento y desarrollo de los capítulos dedicados a Brooke. Donde antes había una supervisión profesional ahora hay un colegueo dirigido por Rita y al final por Sam, que se va de las manos a los guionistas y dialoguistas.

    Lo que hemos cambiado en 10 años. Hoy todo es mucho más enfático.