Neurosis tiene que ver con neurona. O sea, enfermedad de las neuronas, del sistema nervioso.

Definida vagamente hace siglos ( parece que por el médico William Cullen en 1769), hoy no es reconocida oficialmente por la psiquiatría, aunque se sigue usando en el lenguaje coloquial como sinónimo de ansiedad, depresión, inadaptabilidad, desquiciamiento, obsesión o nerviosismo. También, en tiempos de Charcot y el primer Freud, la histeria era un cajón de sastre donde cabían todo tipo de alteraciones psicofísicas. La diferencia: la histeria se asociaba a una lesión orgánica (por herencia genética, sustancias tóxicas o daño cerebral, entre otras posibles causas), mientras que la neurosis era más bien un trastorno mental relacionado con el pensamiento o la conducta, que no afectaba al cuerpo. Freud investigó la histeria hasta intuir que no era simplemente un desarreglo somático sino que tenía un origen psíquico. La histeria sería pues un tipo de neurosis, entonces llamadas neuropsicosis. Más exactamente: neuropsicosis de defensa.
Desde Freud, la histeria es un tipo de neurosis.
Freud distingue entre las neurosis de defensa y las neurosis actuales. Ambas tienen una etiología sexual y generan angustia pero se diferencian en su origen histórico y en su proceso: las de defensa son efecto de una represión en la infancia, las actuales son la simple manifestación de un desarreglo en la vida sexual adulta.
El psicoanálisis se ha quedado con la neurosis de defensa, dejando fuera las que llamaba neurosis actuales, que han sido sustituidas desde hace un tiempo en la psicología clínica por trastornos de ansiedad o ataques de pánico.
En resumen, según Freud:
- Psiconeurosis de defensa (histeria, obsesión, fobia; también la psicosis) que tienen un origen infantil, efecto de una represión y son por tanto interpretables. Estos tres tipos de neurosis (con la salvedad de la fobia, que puede caer del lado de la perversión) son el ámbito clásico del psicoanálisis.
Si la vivencia sexual infantil originaria fue pasiva se generará una histeria; si fue activa, se generará una obsesión, fobia o psicosis.
La histeria desplaza el afecto al cuerpo; la obsesión lo desplaza a un pensamiento; la fobia lo desplaza a otra representación; la psicosis desplaza el afecto y la representación. - Neurosis actuales (neurosis de angustia, neurastenia, hipocondría), que quedan fuera del ámbito del psicoanálisis por cuanto no son efecto de una represión sino de una conducta «actual» y por tanto no son analizables. Por «actual» se entiende literalmente lo que vive ahora el enfermo, básicamente una vida sexual pobre sin suficiente descarga. Estas neurosis que Freud denomina actuales estarían cerca de los trastornos que hoy estudia la medicina psicosomática.
Más adelante, Freud distingue entre neurosis narcisistas y neurosis de transferencia.
Las neurosis narcisistas invisten libidinalmente al propio sujeto, mientras que las neurosis de transferencia invisten al objeto.
- Neurosis narcisistas
- Neurosis objetales o de transferencia (histeria, obsesión y fobia, más la neurosis artificial que se da en la cura analítica)
Habría por tanto tres (o cuatro) tipos de neurosis: las narcisistas, las objetales o de transferencia (histeria, obsesión, fobia, más la artificial que se da durante el análisis), y las actuales.

Freud también relacionó los tipos de neurosis con la segunda tópica: las neurosis de transferencia se caracterizan porque presentan el conflicto entre el yo y el ello, y en las neurosis narcisistas como la melancolía el conflicto es entre el yo y el superyó.