Freud, a partir del duelo por la muerte de su padre en 1896, empezó su autoanálisis . Le llevó unos dos años y este trabajo autodidacta estableció los principios del método analítico: la asociación libre. Todo esto cuando había cumplido los 40 años y ya habían nacido sus seis hijos: otra prueba de la resiliencia de este médico empeñado en dejar un gran legado a la Humanidad. Su autoanálisis completaba una secuencia que iba de la investigación sobre la histeria (París, Charcot) al uso de la hipnosis y el método catártico (Viena, Breuer) y lo acercaba al descubrimiento del Inconsciente, que él rastreaba en los síntomas neuróticos, los sueños o los lapsus.
O sea: llegó tarde a su misión histórica y le costó esfuerzos y fracasos, como su aventura con la cocaína o las teorías de su amigo Fliess. Le costó además ser reconocido. ¿El Inconsciente nos determina? ¿Los niños tienen sexualidad?: bah, tonterías!.
Se entiende pues que mimase con celo su doctrina.
Durante los primeros años, la teoría psicoanalítica fue compartida por un reducido grupo de fieles discípulos y Freud fue siempre muy celoso de su propiedad intelectual. Supervisaba que no hubiese fugas ni desviaciones. La historia del psicoanálisis (que podemos decir arranca en 1900 con la publicación de La interpretación de los sueños) durante décadas se centró en el ámbito centroeuropeo: la mayoría de los grandes psicoanalistas de la época eran vieneses, húngaros, alemanes. Jung, el disidente, era suizo.
Se expandió por el mundo. En 1909 Freud había sido invitado a dar cinco conferencias en EEUU y en 1926 Melanie Klein se instaló en Inglaterra. Con el nazismo invadiendo Europa y persiguiendo el psicoanálisis, empezó la diáspora. De la Europa central a otros continentes.
¿Y hoy? Después de décadas de popularidad y prestigio en EEUU, la expansión de las neurociencias, la psiquiatría farmacológica, la psicología cognitiva, la PNL o el coaching ha reducido el aprecio del psicoanálisis: un método más largo que el de las pastillas o los tests de personalidad.
El psicoanálisis sigue fiel a sus orígenes. Hablar como método de investigación del Inconsciente.
Pero el mundo (la mentalidad, las costumbres, las ideas, los valores) ha cambiado muchísimo desde los tiempos de Lacan y mucho más de Freud.
Hoy el psicoanálisis tiene un reconocimiento académico desigual. Para ejercer como profesional hay que ser médico o psicólogo además de un master (en España puede cursarse online o presencial en universidades como Comillas, Barcelona, Madrid, Granada…) y sólo unos pocos países ofrecen formación y titulación universitarias en psicoanálisis, como Francia o Argentina.
Argentina, patria actual del psicoanálisis. El país con más psicólogos por habitante del mundo: incluso una publicidad de taller mecánico lo usa como referencia:
No creo que sea casualidad que el sistema escolar francés desde hace mucho cultive la expresión escrita y el argentino la expresión oral: dos formas de entrenar el gusto por la palabra. Y el psicoanálisis es terapia por el lenguaje.
Retos
Por supuesto: adaptar su teoría a las coordenadas actuales.
Cuando vivía Freud, nadie podía imaginar el vuelco que ha supuesto la revolución feminista. Afecta al sexo, los roles, la familia, la identidad. De hecho, las principales líderes del pensamiento feminista son muy críticas con Freud y Lacan en sus modelos teóricos sobre la sexualidad. De ahí las muchas propuestas de reformular conceptos psicoanalíticos desde una perspectiva feminista.
Más allá del feminismo, el movimiento trans (queer, sexo no binario…) supone un nuevo reto y obliga al psicoanálisis a revisar modelos y teorías.
Ha pasado más de un siglo desde la formulación del Inconsciente y la sociedad ha cambiado a una velocidad imbatible de la mano de la tecnología y el capitalismo. ¿Siguen vigentes las claves psicoanalíticas? ¿Son iguales las neurosis de entonces y las actuales? Por ejemplo, parece que la histeria (recuerda que con esta empezó todo) haya desaparecido. Ya no hay locas convulsionándose para desesperación de la medicina. Pero existen la fibromialgia, el colon irritable o las adolescentes que se hacen cortes en el cuerpo.
El psicoanálisis renueva su marco teórico. También amplía su ámbito y se hace más ecléctico: de la sesión individual en el diván seis veces por semana (caso de Freud) o les tres (caso de Lacan) a una periodicidad indefinida actual; no es inhabitual una cita quincenal.
Existe una modalidad grupal: el grupoanálisis. O un interés por explorar el registro predípico.
Apunte final: en Mallorca se ofrece formación en Análisis Grupal Moderno.