Dora con voz propia: Cixous, Morrissey

Portrait de Dora

758 palabras, 4 minutos de tiempo de lectura.

El caso Dora es texto fundacional y por lo mismo invita a relecturas. Un siglo después de publicado, queda poco del entramado ideológico que lo sostiene, en especial cuanto tiene que ver con los roles de género.
Desde una perspectiva más o menos feminista), la interpretación de Freud del caso Dora ha inspirado todo tipo de críticas. Que igual pueden referenciarse a una: Freud no deja hablar a Dora. El médico que impone un diagnóstico unilateral y a la contra, el varón maduro que acalla a la jovencita inexperta.
Y para este trabajo autoritario de sumisión, por supuesto Freud cuenta con la complicidad activa del padre de Dora. Fratría.

Entre las recreaciones literarias de este abuso, que además acabó en fracaso por mucho que sea exhibido como ejemplo brillante del primer psicoanálisis, comento aquí dos guiones teatrales: Portrait de Dora (Des femmes) (1975) de Hélène Cixous y Dora, a case of hysteria (1994) de Kim Morrissey.


Kim MORRISSEY: Dora, a case of hysteria

Obra breve y sintética. Apenas 40 páginas y solo tres personajes: Dora su padre y Freud.
Dividida en tres actos bien resueltos.

Freud se muestra como alguien petulante que además goza exhibiendo sus conocimientos no solo frente a Dora (reducida por tanto a alumnita) sino también a la audiencia, a la que se dirige con un tono profesoral que lo deja en evidencia. De esto se trata: de desnudar al arrogante.
Por contra, Dora se muestra reivindicativa desde su inseguridad. Habla desde su verdad, que no es escuchada. Vacila, necesita pausas para recuperarse. Y lo logra: Morrissey le devuelve la voz que no le ha dado la Historia.
El padre (Papa, en la obra) resulta ser un secundario más bien patético, aferrado a un negacionismo paternalista. También el señor K, y para reforzar este carácter, el actor que interpreta a Freud asume en algún momento su personaje. Más fratría.

Freud es cuestionado a lo largo de su conducta y su diagnóstico, pero también queda retratado en algunas frases («typical example of housewife psychosis, obsessional washing is common amongst housewives» despreciando a la madre de Dora; y en otro momento: «A young girl should feel excited to be kissed by such a man«), latiguillos pseudoeruditos («J’apelle une chat une chat«) o confusiones (intercambia los nombres de Dora y Nora, una referencia a la heroína de Ibsen)
Se comporta como un interrogador y se empeña en recuperar datos explícitos de los encuentros de Dora y Herr K, forzando los recuerdos de la adolescente. De hecho, Freud parece excitarse durante la sesión. Y no admite ser visto como un viejo:

Dora: (hablando de K): Old as Papa! Old as you!
Freud: In the prime of life!

Morrissey recurre al humor para sortear un retrato victimista de Dora, que a lo largo de las sesiones aprende rápidamente el dialecto sexualizado de Freud, juega a invertir los roles y se dedica a sabotearlo, llegando a la burla directa («You are like a fetid lump of cheese«)
Tiene solo 18 años, pero el último día del año (así acaba la obra y así acabó la terapia en la realidad) se despide de la performance, dejando claro que conocía el motivo de la terapia: su padre la obligaba a ir para disponer de una hora libre con la señora K.


Hélène Cixous: Portrait de Dora

Teatro para leer o escuchar quizás más que para ver. Recreación poética del episodio histórico, traducido con densidad literaria.

Cixous recupera buena parte del atrezzo (la llave, el humo, el joyero) original, pero somete la trama a una sutil deconstrucción que continuamente desborda el marco narrativo. Dora se sale del guion. Habla y habla, escapando de la interpretación que Freud intenta imponer.
Aquí, Dora habla mucho más que Freud. Ella libera su conflicto, sus dudas, sus paradojas. Silencios y omisiones. Flujo de conciencia. Odia y ama sin solución de continuidad. Admira a la señora K, a la que suplica, pero se siente víctima de una red adulta tejida a su alrededor.

Al estreno de la obra asistió Lacan y el impacto del pensamiento de Cixous le lleva a teorizar «el cuadro de la histeria rígida, una histeria sin nombre del padre, un Edipo más allá del fantasma.» (Agustina Saubidet)
«Un lenguaje del cuerpo que escapa al significante falocéntrico» (José Vidal)

Sobre la Dora de Cixous ha publicado Alba Palau el libro De la clínica a l’escena. La reescriptura de la histèria a «Portrait de Dora» d’Hélène Cixous,


Otras revisiones que deconstruyen el discurso patriarcal freudiano: Luce Irigaray (Espéculo. De la otra mujer), Sarah Kofman (Freud and fiction)

El libro colectivo Dora, Hysteria, Gender (PDF) reúne diez artículos sobre el tema.
El libro publicado por Bernheimer, C. y Kahane, C: In Dora’s Case Freud – Hysteria – Feminism reúne (PDF) reúne doce artículos

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