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Categoría: psicosis

  • Psicosis (1960): Hitchcock en el diván de Freud y Lacan

    Psicosis (1960): Hitchcock en el diván de Freud y Lacan

    1033 palabras, 5 minutos de tiempo de lectura.

    PSICOSIS

    Negación de la realidad. El Yo, avasallado neuróticamente por el Ello, rompe finalmente su vínculo con la realidad. Vive en una realidad paralela.
    La película nos muestra un motel apartado de la ruta habitual por mor de un desvío. Sin clientes. Un lugar separado. También la mansión, decorada con un estilo anacrónico y desfasado, sin actualizar, como si estuviera fuera del tiempo.
    Norman vive en su mundo. No tiene amigos, ni familia, ni pareja. Su único vínculo socioafectivo es una madre inexistente que él mantiene viva en su imaginación delirante. Ha borrado de su conciencia el recuerdo del asesinato de su madre y su pareja.

    Forclusión de la metáfora del Nombre del Padre según Lacan. No ha habido instancia paterna que sustituya al deseo de la madre e instaure la Ley. Norman Bates había quedado sin padre. Así lo explica el psiquiatra en su intervención al final de la película:

    «Para entenderlo como lo entendí yo, escuchando a la madre… es decir, desde la parte de la mente de Norman que es su madre… hay que remontarse 10 años atrás. Al momento en que Norman mató a su madre y a su amante. Ya entonces, estaba peligrosamente trastornado. Lo había estado desde que murió su padre. Su madre era una mujer aferrada y exigente. Y durante años, los dos vivieron como si no existiera nadie más.»

    Esquizofrenia. Tipo o manifestación de psicosis, junto al trastorno bipolar o la paranoia. Consiste en la división de la personalidad en varias, cada una de ellas con su propias características individuales. Norman interioriza y mantiene activas tres personalidades: la madre (castradora, exigente, sádica), el niño Norman (obediente, apocado), el adulto Norman (autónomo en la gestión del motel, fetichista y perverso, distanciado de una madre a la que regaña)

    EDIPO

    Relación edípica: el sujeto está «enamorado» de la madre con quien mantiene y prolonga un vínculo libidinoso de exclusividad. En la explicación final del psiquiatra citada más arriba:

    «Y durante años, los dos vivieron como si no existiera nadie más».

    El niño rechaza que la madre tenga otro objeto de deseo que no sea él. Tanto es así, que Norman mata al hombre que aparece en la vida de su madre, a la que también mata como venganza por haberle «traicionado»:

    «Y entonces, conoció a un hombre. Norman tuvo la impresión de que ella lo dejó de lado por este hombre. Eso le hizo enloquecer y mató a los dos.»

    Madre fálica: aquella que mantiene la unidad simbiótica con el bebé más allá del parto y de la infancia. Mamás omnipresentes que retienen emocionalmente (y en ocasiones económicamente) al hijo como forma inconsciente de realización. Según Lacan, falo ya no tiene el significado que le dio Freud, equivalente al pene, sino que es el significante del deseo, de aquello que le falta al sujeto. En este caso, la mamá se completa con el niño como si fuese su «media naranja»: el niño es el sentido de su vida, y desde su poder invade el desarrollo psicológico del hijo impidiéndole crecer.
    Norman no puede despegarse de su madre (que se llama Norma, imposible no leer la simbiosis) ni siquiera cuando la asesina. La ha interiorizado porque, durante la infancia de Norma, ella lo poseyó en régimen de exclusividad. Cuenta la novela en que está basado el guion de la película que ella tenía una religiosidad exacerbada que contagió al hijo, para quien las mujeres eran tentación y pecado. En realidad, candidatas a novias: competidoras de una madre que no toleraba compartir su poder y su presencia.
    Desde esta perspectiva, el Edipo no solo consiste en que el bebé se enamora de la madre que le nutre sino que (también) es la madre quien se enamora de su bebé e impide la aparición de la función paterna que tiene que romper esta unidad alucinada.
    Ejemplos (hay tantos): en el cine, la madre de Leonard en la película Despertares; en la realidad, el caso espeluznante de Aurora Rodríguez, que crio a su hija Hildegart como un producto radical de laboratorio libertario hasta que la mató cuando quiso independizarse.

    NEUROSIS OBSESIVA

    Marion se nos muestra como una neurótica en lucha con el mundo, atravesada por la duda y por el conflicto entre el deseo y el deber, entre el Yo y el Ello. Es una trabajadora ejemplar pero roba dinero de la empresa. Quiere una relación estable y honesta pero se acuesta con un hombre casado. No sabe si continuar con la aventura o retornar para remediar su delito.
    El sobre con el dinero funciona como MacGuffin argumental pero es también la concreción gráfica del carácter obsesivo de Marion: nunca la abandona. En su casa, en el coche, en el lavabo, en la habitación del motel.

    PERVERSIÓN

    Lacan diferencia cuatro posiciones perversas: sadismo, masoquismo, exhibicionismo y voyeurismo.
    Norman es un voyeur, en mayor grado que Jeff, el fotógrafo protagonista de La ventana indiscreta. Tiene una mayor carga libidinosa y abusiva.
    Espía a través del agujero practicado en la pared que separa su despacho de la habitación donde aloja a Marion. Su ejercicio de poder (en esto consiste la perversión) es intencionado: someter al Otro.
    Hitchcock añade a Norman otros rasgos perversos, por ejemplo la necrofilia: la madre, disecada como los pájaros que tiene Norman en su despacho.

    SEGUNDA TÓPICA

    Podemos ver la mansión (inspirada en el cuadro House by the Railroad de Edward Hopper) como la representación espacial de las tres instancias definidas por Freud en su segunda tópica


    · el sótano: el Ello, lo oculto y reprimido (allá esconde Norman a su madre cuando esta se descontrola), escenario mortífero donde se desencadena la violencia
    · el primer piso: el Yo, donde vive Norman; en la novela es el escenario en que él comparte conversación y cena con Marion, un indicio de socialización.
    · el segundo piso: el SuperYo, donde vive la madre autoritaria y déspota.

    RETORNO DE LO REPRIMIDO

    Segunda fase de la represión: Norman mató a su madre pero reprime en su conciencia tanto la representación (el hecho) como el afecto (el horror, la culpa)
    Tercera fase de la represión: lo reprimido retorna, en este caso desde lo Real (lo sin nombre, lo imposible de simbolizar según Lacan) en forma de alucinación.

  • Psicosis (1960): de Norman Bates a Hannibal Lecter

    Psicosis (1960): de Norman Bates a Hannibal Lecter

    472 palabras, 2 minutos de tiempo de lectura.

    Robert Bloch había publicado Psycho el mismo año en que Hitchcock la descubrió y compró los derechos, aunque l sicópata de la película de Hitchcock no coincide en muchas cosas con el de la novela del mismo título en que está basada.

    Portada de la primera edición de la novela (1959)

    Para construir su novela, Bloch se había inspirado en la historia real de un tal Ed Gein, un asesino en serie y profanador de tumbas que había sido detenido en 1957, es decir solo dos años antes de la publicación de la novela.

    El icono universal que es la película de Hitchcock, es en realidad la versión de un hecho local, que fue aprovechado primero por el escritor y a continuación por el cineasta.


    Y de la misma manera que hay diferencias entre el Norman de la novela y el de la película, hay todavía muchas más respecto al individuo en que se basaron ambos.
    No se llamaba Norman sino Ed. Tenía un hermano y el padre de ambos murió cuando ya eran mayores. La madre murió meses después de un infarto, cuando Ed tenía 40 años.


    Coincide pues con Norman en una infancia sometida a la influencia asfixiante de una madre fanática, de un puritanismo extremo. También en ser autor del asesinato de varias mujeres jóvenes. Y en el voyeurismo, que en la película se evidencia cuando espía a Marion desde el agujero abierto en la pared.


    Pero se parece más al Hannibal de El silencio de los corderos en el aspecto más macabro de su perfil sicópata. Profanaba tumbas de mujeres para despellejarlas, lo mismo que hacía con las que mataba. Las desvisceraba, decapitaba, descuartizaba y despellejaba para usar su pìel como trofeo fetichista con la que cubría y decoraba todo tipo de objetos, desde ceniceros a lámparas.

    Fue tan grande la repugnancia de los investigadores cuando descubrieron tal decoración, que toda esta galería del horror fue destruida, para conservarse solo en fotografías.

    En todo caso, la afición de Norman a la taxidermia (los pájaros disecados de su despacho, que parecen prefigurar la película Los pájaros que Hitchcock filmó solo dos años después) replica la macabra afición de Ed a encurtir la piel de las víctimas despellejadas.

    Ed Gein fue declarado irresponsable de los crímenes por los que se le juzgó y fue internado en un hospital psiquiátrico donde pasó los siguientes 30 años de su vida.

    En 2023 la plataforma MGM+ estrenó la miniserie The Lost Tapes of Ed Gein. Consta de 4 episodios y está dirigida por James Buddy Day, que ya había realizado otros documentales sobre asesinos en serie o psicópatas como Charles Manson.

    El documental completo, muy en el estilo efectista norteamericano, puede encontrarse en la red.

  • Psicosis (1960): más anecdotario

    Psicosis (1960): más anecdotario

    686 palabras, 4 minutos de tiempo de lectura.

    Janet Leigh aparece en la escena inicial con un sostén blanco. Símbolo o indicio de inocencia. Es una trabajadora honesta y eficaz, que cumple con los horarios y las expectativas: el jefe le confía 40.000 dólares en metálico para llevar al banco.
    Pero aparece con sostén negro cuando, ya en su casa, se plantea huir con el dinero para empezar una nueva vida con su amante. Es una mala ciudadana, una persona a punto de cometer un delito, traicionando la confianza del jefe y transgrediendo la ley.

    Los Beatles se inspiraron en la banda sonora de la película para su canción Eleanor Rigby. A Paul McCartney le impactó el efecto de las cuerdas en la partitura de Bernard Herrmann y se inspiró en este ambiente sonoro enérgico y nervioso para ambientar su canción, también acompañada de un cuarteto de cuerdas como en la música de la película, mezcla de austeridad punzante y aspereza rítmica.

    Martin Scorsese se inspiró en la mítica escena de la ducha para filmar el combate de Toro salvaje en el que Robert de Niro cae desplomado. Reprodujo los mismos encuadres y tomas, en forma de explícito homenaje.

    El asesinato en la ducha está compuesto de 78 tomas y 52 cortes y fue rodado por el propio Hitchcock solo parcialmente. Eso sí, el director se encargó de su diseño y planificación con una minuciosidad milimétrica.
    En las fugaces apariciones del cuerpo desnudo, cuando Norman la recoge del suelo, la arrastra y la envuelve en la cortina, la actriz Janet Leigh fue sustituida por una modelo y chica Playboy llamada Marli Renfro que apenas tenía 21 años.

    El documental 78/52 (2017) analiza justamente esta escena desde un punto de vista técnico y estilístico pero también en su contexto y en su dimensión simbólica: esas 78 posiciones de cámara y 52 cortes de montaje supusieron el fin de la falsa seguridad experimentada en EEUU durante los años 50.
    El documental está dirigido por Alexandre O. Phillippe y cuenta con la colaboración, entre otros, de Guillermo del Toro, Peter Bogdanovich, Elijah Wood, Jamie Lee Curtis o Marli Renfro, la modelo que puso su cuerpo desnudo para sustituir a Janet Leigh al final de la escena.

    La ambigüedad de Hitchcock, que siempre juega al despiste. ¿No consiste en esto el suspense: administrar casi de forma perversa pistas falsas hasta un desenlace que produce el alivio de una sentencia de inocencia?
    La famosa declaración:

    Psicosis era un chiste, pero descubrí que algunos se la tomaban en serio. Mi intención era hacer que la gente gritara, chillara y todo eso… pero no más que en una montaña rusa.

    se contradice con algunas transgresiones tan atrevidas como asesinar a la protagonista de la película a los 40 minutos. Por cierto, en consonancia con los 40 mil dólares que la empujan a su destino fatal.

    Para la escena, Hitchcock usó sirope de chocolate (al fin y al cabo la película era en blanco y negro: ¿quién iba a distinguir entre chocolate y sangre?)
    Se usaron trozos de solomillo y melones para imitar el sonido de la carne humana al ser apuñalada

    La Paramount se negó a producir la película. La consideraron desagradable, oscura y moralmente inquietante. El director se encontró sin financiación y tuvo que pelearla. La actriz Janet Leigh consintió rebajarse su caché habitual a una cuarta parte: de 100 mil a 25 mil dólares.
    Pero resultó un negocio redondo, uno de los grandes éxitos comerciales de Hitchcock. Costó unos 800.000 dólares y recaudó más de 30 millones. Hitchcock, que había renunciado a cobrar su habitual caché (250 mil dólares) para «conformarse» con el 60% de la taquilla, ingresó 15 millones.
    Con las ganancias, Hitchcock pasó a ser el tercer mayor accionista de la Universal.

    Por supuesto, hay cameo del director. Aparece justo al principio, cuando Marion acude a su oficina tras el diálogo en la cama con su amante.

    Y por supuesto, también su hija Patricia tiene un papel. Es la compañera de oficina de Marion. ¿Por qué Hitchcock siempre le endosaba papeles de chica modosita? ¿No daba más que para una gordita simpática? Al menos en esta ocasión no lleva gafitas.