analizantes

Autor: emiligenevila

  • «Dora» (Ida Bauer)

    «Dora» (Ida Bauer)

    «Anna O». y «Dora», los dos casos sobre los que se levanta buena parte de la arquitectura psicoanalítica. Comentados y destripados hasta el aburrimiento: una búsqueda en Google de la cadena «caso dora» arroja 34 millones de resultados.
    «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (caso «Dora»), Tres ensayos de teoría sexual: textos canónicos de lectura obligatoria para el estudiante.

    Sin embargo, ambos tienen algo o bastante de casos fallidos. Tanto Bertha/»Anna O.» como Ida/»Dora» dejaron el análisis. Acting out. Según Freud y muchos exégetas, por inmadurez de las dos clientas. Y, con la boca pequeña, porque ambos terapeutas no supieron leer del todo ni uno ni otro caso, igualmente por inmadurez, en este caso profesional: «Anna O.» y «Dora» estrenan el psicoanálisis, todo estaba por inventar.

    Freud acusa a Breuer (quien dirigió la cura de «Anna O.») de no haber sabido registrar la contratransferencia ni aceptar el origen sexual de la histeria.
    Peor con «Dora»: Freud insistió en encajar la realidad en su teoría. Desestimó las quejas de la adolescente, casi una niña, por ser objeto del acoso sexual del sr. K y del acoso familiar inspirado por su propio padre. Y encima, acoso interpretativo de Freud. Tres hombres maduros en sintonía para acallar la protesta ¿histérica? de la chica.

    ¿Extraño que el presunto tratamiento apenas durase tres meses?
    ¿Extraño que tantas interpretaciones recientes detecten el paternalismo patriarcal de Freud, que compartía con su época?
    ¿Extraño que Freud, tenaz y ambicioso como pocos, revisase posteriormente el caso «Dora» reconociendo sus posibles errores? Por ejemplo, no haber sabido ver la homosexualidad: la histérica se pregunta qué es ser mujer desde la mirada de un hombre (sic) Pero se congratula de haber confirmado la supremacía de la represión sexual por sobre el trauma. ¿Ser acosada a los 14 años por un tipo casado con el consentimiento de un padre que la usaba como moneda de cambio para mantener su adulterio… esto no es un trauma?
    No, en aquel tiempo todo esto eran alucinaciones de histérica.

    «Dora» formaba parte del entorno judío de Freud. Su familia vivía en la misma calle y el padre de «Dora» (todo un personaje: industrial rico, tuberculoso y sifilítico de joven, medio ciego que recuperó la vista) había sido tratado por Freud, aconsejado por nada menos que el sr. K, otro galán que no podía soportar a su mujer. Intercambio de parejas, con la madre de «Dora» dedicada a limpiar la casa y con ganas de que el sr. K resultase una influencia socialmente rentable.
    La sagacidad de Freud no bastó para darse cuenta de lo elemental («Dora», abusada), tal vez porque este juego perverso de sexualidades hipócritas era varonil y respetable. Invisible.

    ¿Y después de las sesiones?
    Ida Bauer (1882-1945) se casó y llevó, ya emigrada a EEUU, una anodina vida de ama de casa. Aburrida y frustrada, aparcada por un marido que la engañaba y un hijo director de orquesta que triunfaba con las mujeres.
    Por cierto, su hermano Otto Bauer (1881-1938) fue destacado líder socialdemócrata y ministro de Asuntos Exteriores austríaco.
    Y una curiosidad: existe otra famosa Ida Bauer, cantante y actriz coetánea de «Dora», cuya imagen en ocasiones se atribuye a la paciente de Freud.

    A medida que pasa el tiempo, las lecturas del fundacional «caso Dora», las lecturas, sobre todo de mujeres, se alejan más de la ortodoxia. Ya no se ve como un caso de resistencia («Dora» se niega a aceptar la interpretación de Freud, ahí está la resistencia, porque rehúye el contacto con la sexualidad; se refugia en el padre para sostenerlo al estilo de las histéricas) sino una falta de sensibilidad masculina, marca de la casa de la época: la incapacidad de ver un abuso. De dos. A los que Freud sumó el suyo propio.


    WEBGRAFÍA
    · La Dora de Freud: ¿El primer gran caso psicoanalítico es un fracaso?
    · Raúl Portas Esquivel: Nota biográfica sobre el caso Dora
    · David Sachs: Reflexiones para el caso Dora de Freud después de 48 años
    · Notas sobre la biografía de Ida Bauer (Marcelo Orandi)

    · Caso Dora: la historia de un fracaso (Paula Mastandrea)

    BIBLIOGRAFÍA

    Katharina ADLER: Ida (Otro Cauce. 404 págs)
    Escrita por su bisnieta, se estructura en torno al historial clínico freudiano y, mediante la evocación de las formulaciones contemporáneas al tratamiento, nos permite adentrarnos en lo particular de la vida individual y familiar de Ida hasta llegar a la mujer adulta que supo con posterioridad con quién se había encontrado en su juventud y el efecto duradero que dicho encuentro tuvo a lo largo de su vida.

    Marge THORELL: Freud’s Dora (McFarland, 232 págs)
    Freud’s 17-year-old case study «Dora» is well known in the literature of psychoanalysis. Yet few know the full story–told here for the first time–of this notable woman, who walked out on Freud after three months and, in a sense, cured herself: Born into an important Jewish-Austrian family, Ida Bauer Adler suffered from «petite hysteria»–loss of voice, difficulty breathing, migraines, fainting spells–brought on by the overt sexuality of her relatives

    Eloísa CASTELLANO MAURY: El caso Dora, más allá del diván. Diario imaginario de Ida Bauer (Biblioteca Nueva, 142 págs)
    La autora ha intentado pasar al otro lado de la escena habitual, abandonando la posición de terapeuta y poniéndose en el lugar de la paciente, dándole la palabra «más allá del diván», escuchando sus quejas, su lucha, sus angustias. Ha acompañado a «Dora» en sus tres meses de análisis con Freud, imaginando sus fantasías más íntimas, compartiendo las frustraciones y la rabia que no supo o no pudo expresar a su psicoanalista… quizás porque Freud, en su contratransferencia no se lo permitió.

    Hannah DECKER: Freud, Dora y la Viena de 1900. Biblioteca Nueva, 2013, 415 págs.
    La exploración que  hace Hannah S. Decker de Dora es una empresa noble, especialmente a la luz de la literatura que se ha desarrollado en torno a este caso, uno de los más tristes de Freud. Al poner a Dora en su ambiente, su familia, su ciudad, su religión, y su país, ha logrado recrear esta persona compleja y emplazar nuestro conocimiento de la relación de Freud con esa paciente sobre una nueva base. Ésta es una contribución importante.
    Su erudición es impresionante.

    FILMOGRAFÍA

    Sigmund and Dora (Abby Lincoln, Rob Merrit. Guión y dirección: Shelby Hagerdon) 2020
    [IMDb] [Facebook]

    Sigmund Freud’s Dora (Dirección: Jane Weinstock) 1979, 35 minutos [enlace]

  • «Anna O.» (Bertha Pappenheim)

    «Anna O.» (Bertha Pappenheim)

    La distancia abismal entre la Anna O. descrita por Breuer y citada por Freud -que nunca la trató-, y Bertha Pappenheim (1859-1936)
    Entre una criatura culta y sensible pero débil (una histérica enamorada de su terapeuta, una enferma necesitada de internamientos recurrentes) y una mujer empoderada (activista, reformadora, feminista, escritora, traductora. Una heroína, pionera en la defensa de los derechos de la infancia y la mujer)

    ¿Distancia abismal? Según Ángeles Llorca Díaz, no. Breuer había detectado las fortalezas de su paciente (entonces enclaustrada en una situación familiar tóxica) que se manifestaron posteriormente. Fueron los enredos de la política psicoanalítica quienes crearon la leyenda.

    La literatura psicoanalítica conoce a Anna O. y su repertorio de síntomas neuróticos (tos, mutismo, olvido de la lengua materna, anorexia, estrabismo, anestesia en partes del cuerpo, alucinaciones, impulso suicida, sonambulismo, embarazo histérico…) También que el psicoanálisis casi nació con el método catártico de Breuer que la propia Anna O. bautizó como talking cure o chimney sweeping.
    O las disputas por ganar el relato, animadas por Freud mediante su fiel Jones: que si Breuer huyó, que si Anna O. no se curó, que si Breuer fue incapaz de asumir un origen sexual en el trastorno histérico…

    Pero fue ella quien decidió acabar con el tratamiento.
    ¿Y después? Anna O. desaparece para la historia del psicoanálisis. Queda Bertha. Se traslada a Frankfurt con su madre, donde dirigió y reformó el Orfelinato para niñas judías, combatió la trata de niñas judías, fundó la Liga de Mujeres Judías, dirigió un grupo en la Conferencia General de Mujeres Alemanas, fundó el Hogar donde se acogían y educaban niñas refugiadas, culpó a la mentalidad judía masculina del tráfico de mujeres judías, participó en Congresos, escribió libros como Los trabajos de Sísifo.

    Más:
    Márcia Rosa: La herejía de Anna O. o la función social y política de la histeria


    Biografías de Bertha Pappenheim:

    Melinda GUTTMANN: Enigma of Anna O: A Biography of Bertha Pappenheim
    Lucy FREEMAN: The story of Anna O.

  • Freud, cuando llegue el momento

    Freud, cuando llegue el momento

    Freud, le moment venu.
    Novela gráfica escrita por William Roy y dibujada por Suzanne Leclair, publicada en 2023 por La Boïte a Bulles.

    134 páginas.

    Espléndida obra. Calidad de dibujo, documentación detallada. Sensibilidad para contar y contextualizar (la Viena del 1900, los nazis, la detención de Martin o Anna por la Gestapo, la compañía de Max Schur, el médico personal de Freud desde 1927…) el largo proceso que empezó por la adicción al tabaco y acabó con más de treinta operaciones, un olor nauseabundo y dolor crónico, soportado todo con estoicismo.

    Crónica de una historia personal que incluye sueños, familia, cirugías, férulas, la guerra, la muerte. La resiliencia.

    Algunas capturas:

  • En terapia (argentina)

    En terapia (argentina)

    Psicoanálisis, más si es lacaniano, es decir Argentina. Cursos, vídeo tutoriales, debates, seminarios, libros, talleres… Argentina (¿sería más exacto decir Buenos Aires?), paraíso del psicoanálisis. A falta de estadísticas precisas referidas a analistas, es con diferencia el país con más psicólogos por habitante del mundo.

    Segunda razón (la de arriba sería el contexto) para preferir esta versión a la norteamericana: el idioma. Si el psicoanálisis es lenguaje, el dialecto (perdón) argentino es imbatible. Aunque no sea mi lalangue, está más cerca de mis circuitos significantes que el inglés.

    Tercera: los actores. De Peretti (aunque parece que el personaje se le va haciendo pesado en la tercera temporada, coincidiendo con el atolladero de pérdidas que le van llegando) al resto del elenco. Diálogos fluidos, convincentes, interpretaciones pura naturalidad (qué difícil) Y esto que no aparecen ni Darín ni Francella ni Brandoni. Eso sí, Cecilia Roth o aparición estelar de Luppi.

    Por si no bastase: la serie completa está en Dailymotion

  • Hysteria (2011)

    Hysteria (2011)

    La peli no va sobre Freud pero fabula sobre las mujeres histéricas y la moral victoriana de la misma época.
    Comedia romántica: la masturbación terapéutica y la invención del vibrador en formato para todos los públicos.

    Un respetable doctor atiende a una respetable clientela femenina aquejada de síntomas histéricos respetables (ansiedad, sofocos, la soprano que no llega al do de pecho), a base de «masajes pélvicos» (aka, masturbaciones por supuesto respetables)
    Otro doctor, jovencito, le hace de ayudante pero se arruina la mano de tanto masaje pélvico y tiene que aliviar la contractura con un artilugio inventado por su excéntrico amigo, fanático de la tecnología y la electricidad. Eureka. Adiós a la agotadora masturbación manual (una hora de esfuerzo), bienvenido el primer vibrador de la Historia: tres orgasmos en cinco minutos.

    Y todo envuelto en una historia de amor, cómo no, y un contexto histórico que es un alegato feminista al uso y un canto a la libertad.
    Con final feliz. La mismísima Reina Victoria probando el vibrador.

    La peli no se lo inventa todo: El vibrador a lo largo de la Historia

  • Saussure Jr., psicoanalista

    Saussure Jr., psicoanalista

    ¿Qué les pasa a estos edipos que se llevan mal con su padre?
    Freud, adorado por su madre, le reclamaba a don Jakob que no tuviese una personalidad fuerte, que no fuese valiente a la hora de enfrentarse al mundo. Como comerciante, como judío. Y Lacan achacaba a su padre ser un calzonazos.
    Turno del hijo de Ferdinand de Saussure: le reclamaba ser mujeriego y alcohólico. O sea, un disoluto de vida nada ejemplar, más teniendo en cuenta que pertenecían a una de las familias más ricas y tradicionales de Ginebra, cuando Suiza ya era un oasis elitista. Chaplin escogió este paraíso para vivir durante décadas, lejos de la justicia norteamericana. Por cierto, Jung era suizo.

    Raymond de Saussure (1894-1971), psicoanalista y psiquiatra, primer presidente de la Federación Psicoanalítica Europea, miembro activo de la IPA, de la SSP y de la SPP, fundador de la Federación Europea de Psicoanálisis y promotor de la buena nueva en todo el mundo.
    Se analizó con Freud, de quien reconoció su talento o perspicacia pero no tanto sus dotes como analista: hablaba demasiado en las sesiones. Justo lo contrario que Lacan.
    Se analizó más tarde con Rudolph Lowenstein, con quien también se analizó Lacan. Episodio polémico este, por cuanto se han filtrado versiones que forman parte del inevitable gossip que acompaña a los famosos y las familias.

    Raymond de Saussure, erudito y sensible como el padre que le molestaba, estudió la civilización griega desde un punto de vista psicoanalítico (Le miracle grec; étude psychanalytique sur la civilisation hellénique), historió el movimiento psicoanalítico y sobre todo escribió La Méthode Psychanalytique, una magnífica introducción, con prólogo de Freud, al método psicoanalítico.
    Puede leerse (y descargarse en distintos formatos) en Internet Archive

    Enlaces:
    En Histoire de la Folie pueden leerse en línea cuatro artículos de Raymond de Saussure
    En Granger hay una foto de una reunión en 1929 de psicoanalistas (Rene Laforgue, Raymond de Saussure, Sophie aMorgenstern, Yvonne Allendy (?), Rene Allendy)

    Apenas hay imágenes de Raymond de Saussure. La que encabeza el post es una captura de un vídeo colgado en YouTube, que recoge momentos del XI Congreso de la IPA en 1929.

  • En terapia, temporada 4: secuela fallida

    En terapia, temporada 4: secuela fallida

    Sacada de la manga diez años después de finalizada la serie, esta cuarta temporada se añade a una oferta con una inflación galopante. Más plataformas, más series, más estrenos, más precuelas, más de todo que el mundo se acaba.

    De entrada, suena a estrategia comercial (si es que alguna serie no lo es) forzada. Artificial. Como resucitar a un antepasado ilustre vía clonación como ya es común entre los ricos: muere su mascota y encargan una réplica para no experimentar la pérdida. La eternidad a tiro de empresa genética.

    Para enganchar a los huérfanos de aquella serie que se convirtió (misterios de la industria, o mejor: de la audiencia) en la más versionada de todos los tiempos de la tele, esta cuarta entrega ha pasado por el quirófano de la ética y estética postmodernas. Donde había sobriedad, sala a media luz con libros y diálogo con pausas, ahora la psicóloga estrena look cada episodio. Los Angeles al fondo de la terraza: ¿hay alguna ciudad más caótica y postmoderna que L.A.? Cada día, Brooke con un vestuario distinto, impecable, deslumbrante.
    Esta es la fachada, acorde con una casa de diseño y una iluminación con mucho resplandor, que contrasta por supuesto con la oscuridad nocturna en que transcurren sus episodios de recaída existencia de mano del alcohol. Una fachada que se cuela por la vista para jugar a un discurso progre, demócrata por supuesto (un diálogo con Rita lo subraya), que hace un guiño tras otro a la cultura woke que aspira a convertirse en religión.

    Una protagonista absoluta al que le han regalado todos los atributos que luchan en el mercado de las ideas: mujer, gorda, negra, cuarentañena, alcohólica, madre soltera. ¿Para qué? Para contarnos (e identificarnos con) el sufrimiento de la época. Tenemos dinero, sexo, casa de lujo, libertad. Pero nos falta algo. Ah, qué desgraciados nos sentimos.

    Me han gustado los episodios dedicados a Colin y Laila, he encontrado confuso el retrato de Eladio y me parece malo el planteamiento y desarrollo de los capítulos dedicados a Brooke. Donde antes había una supervisión profesional ahora hay un colegueo dirigido por Rita y al final por Sam, que se va de las manos a los guionistas y dialoguistas.

    Lo que hemos cambiado en 10 años. Hoy todo es mucho más enfático.

  • BeTipul, In treatment, En terapia, En thérapie

    BeTipul, In treatment, En terapia, En thérapie

    Dicen que es la serie más versionada (Eslovenia, Rusia, Francia, Italia, Holanda, Hungría, Chequia, Serbia, Inglaterra, Argentina, Japón…) de la historia de la televisión y la saga no ha acabado. Después de 12 años, HBO resucita la serie con nuevas historias y personajes, incluida la protagonista.
    Esta inesperada cuarta temporada actualiza el paisaje, el diseño y el discurso. En vez de un psicólogo blanco, maduro, alto y buen tipo, ahora es una psicóloga negra, baja, gorda, ¿alcohólica? y de cuarentañera: una mirada claustrofóbica desde la que desplegar el retrato crítico de una sociedad cada vez más narcisista y neurótica, a pesar de tanta cultura woke oficial.
    Para justificar esta secuela, la psicóloga se presenta como alumna y paciente del doctor Paul Weston, que no aparece sino en la pantalla del móvil durante una presunta conversación entre ambos.

    BeTipul

    La serie original es israelí: BeTipul (2005-2008, dos temporadas y un total de 80 episodios)
    Puede verse la temporada segunda en Arte (necesitas VPN ubicado en Francia)

    Pueden encontrarse algunos capítulos de la primera temporada en YouTube y en Vimeo.

    La serie tuvo tanto éxito que género un sinfín de versiones adaptadas a la idiosincrasia de cada país. El canal de Vimeo citado más arriba recoge bastantes muestras.

    In treatment

    El remake norteamericano se titula In treatment (2008-2010, tres temporadas y 106 episodios)


    Recientemente se ha estrenado una cuarta temporada, citada arriba, a modo de spinoff.

    En terapia

    La versión argentina se titula En terapia (2012-2014, tres temporadas y 113 capítulos)

    Puede verse la temporada primera completa en YouTube (también aquí) Necesitas VPN ubicada en Argentina.
    La segunda temporada está en Dailymotion.
    Las dos temporadas están colgadas en la web de la TVP (Televisión Pública Argentina) pero no consigo ver ningún capítulo de la primera temporada ni de la segunda, a pesar de acceder mediante VPN ubicada en Argentina)

    En thérapie

    Versión francesa, que traslada la ambientación neutra original al París de los atentados de otoño de 2015. Tres temporadas (2021-2023)

    Puede verse en AMC+ a través de diversos distribuidores (OrangeTV, Vodafone, Prime, AppleTV…)

  • «die Augen verdrehen»: ¿el significante lacaniano descubierto por Freud

    «die Augen verdrehen»: ¿el significante lacaniano descubierto por Freud

    En Lo inconsciente (1912) Freud cuenta cómo una paciente, tras discutir con su marido, acudía a la consulta diciendo que se le había torcido la mirada, que tenía los ojos vueltos.
    Hasta que la paciente se queja de que su marido es un mentiroso, un simulador («die augen verdrehen», literalmente «torcedor de ojos» en alemán).

    Y ahí Freud planteó que la representación era doble: del hecho y de la palabra. En este caso, la paciente se queda con la palabra como si fuese una cosa, un objeto.
    En términos de Lacan, es un hecho de lenguaje. El lenguaje tiene efectos en el cuerpo. ¿La frase pronunciada por la mujer actuaba como significante?

    ¿La diferencia entre Freud y Lacan? Que, para el primero, la palabra sólo tiene valor de representación en el Preconsciente. En El Inconsciente freudiano, sólo hay representaciones de objeto.

    Imagen: Der Standard

  • Freud según Betty Friedan

    Freud según Betty Friedan

    Betty Friedan (1921-2006) dedica todo el capítulo 5 de su libro La mística de la feminidad (1963) al psicoanálisis de Sigmund Freud para denunciar y rebatir las teorías sobre la mujer y la sexualidad que Freud había instituido y que los psicoanalistas norteamericanos de los años 60 todavía continuaban aplicando como dogma de fe.
    El título del capítulo resume bien su contenido: El solipsismo sexual de Freud

    Destaco algunas citas literales:

    Es preciso saber lo que Freud estaba describiendo en aquellas mujeres victorianas para comprender la falacia que supone aplicar literalmente su teoría de la feminidad a las mujeres de hoy en día […] Gran parte de ello se ha quedado obsoleto y ha sido contradicho por el conocimiento que forma parte del pensamiento de cualquier científico social hoy en día, pero que no se conocía en tiempos de Freud.

    Pero a la hora de describir e interpretar dichos problemas, fue prisionero de su propia cultura. La investigación moderna ha puesto de manifiesto que mucho de lo que Freud creía ser biológico, instintivo e inmutable es en realidad consecuencia de unas causas culturales específicas. Mucho de lo que Freud describía como característico de la naturaleza humana universal era sólo característico de determinados hombres y mujeres de la clase media europea a finales del siglo XIX.

    Ernest Jones, su biógrafo, dijo que «Freud hizo un intento desesperado por aferrarse a la seguridad de la anatomía cerebral». De hecho, tuvo la capacidad de ver y de describir los fenómenos psicológicos de una forma tan vívida que, aunque sus conceptos recibieron nombres que tomó prestados de la fisiología, la filosofía o la literatura —envidia del pene, ego, complejo de Edipo— daban la sensación de tener una realidad física concreta.

    Toda la superestructura de la teoría freudiana se basa en el estricto determinismo que caracterizó el pensamiento científico de la era victoriana. […] no sólo la cultura de la Europa victoriana, sino la cultura judía en la que los hombres repiten diariamente la plegaria: «Te doy las gracias, Señor, por no haberme hecho mujer», y las mujeres rezan sumisas: «Te doy las gracias, Señor, por haberme creado según tu voluntad.»

    El complejo de castración y la envidia del pene, dos de las ideas más elementales de todo su pensamiento, son conceptos postulados partiendo del supuesto de que las mujeres son biológicamente inferiores a los varones.

    Todas aquellas mujeres en las que advirtió problemas sexuales sin duda debían de tener graves problemas de bloqueo del crecimiento, un crecimiento carente de una identidad humana plena.

    Freud fue interpretado para las mujeres estadounidenses en unos términos curiosamente tan literales que el concepto de envidia del pene adquirió una vida mística propia, como si existiera independientemente de las mujeres en las que se había observado.

    Etcétera. Contundente y clara como suelen ser los/las ensayistas norteamericanos/as.
    Freud elevó a categoría psicológica universal lo que eran condiciones de vida de la mujer burguesa en la era victoriana. Y lo hizo a partir de prejuicios machistas de la época, que Friedan ejemplifica con abundantes textos del propio Freud en los que reivindica los tópicos de la mujer sumisa y dulce, buena esposa y mejor madre, que definieron su conducta personal durante su vida.