Anna (1858-1955) era la mayor de las cinco hermanas de Freud, que era el primogénito y el favorito de la madre. Hasta el punto que la vida cotidiana de la familia y la ocupación de la vivienda se adaptaron a las exigencias de Sigmund, asumidas por la madre. Anna vivió una fuerte revalidad con Sigmund por este motivo; de hecho, fue una de las damnificadas al tener que abandonar la práctica del piano porque molestaba al futuro médico. En el contencioso entre ambos hermanos, Martha, esposa de Freud, se posicionó al lado de Anna complicando así la convivencia familiar.

Se casó con Eli Bernays (1860-1923), hermano de Martha y Minna, esposa y cuñada de Sigmund: un caso de promiscuidad habitual en familias judías presionadas por un antisemitismo que las aislaba todavía más del entorno.
Eli era comerciante de granos y junto a su mujer y sus dos hijos emigraron en 1892 a EEUU, donde al cabo de poco nacieron otros tres.
Parece que Freud les ayudó económicamente en el traslado, a pesar de la difícil relación con su hermana Anna.

Anna y Eli tuvieron cinco hijos, entre los que se hizo especialmente famoso Edward Bernays (1891-1995), impulsor de las Relaciones Públicas y que se convirtió en una de las mayores autoridades en marketing comercial y político en EEUU.

Anna murió en Nueva York a los 96 años.