Enunciación vs enunciado

El rumiar del obsesivo o la indeterminación de la histérica son ejemplos de esta dulce tortura que erotiza las palabras.
Sergio Zabalza

Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha.
Lacan

La diferencia entre enunciación y enunciado es una aportación del lingüista Émile Benveniste, que después ampliará Lacan para articularla a su teoría del sujeto.

EnunciaciónEnunciado
decirlo dicho
acciónresultado
significantesignificado
inconscienteconsciente

La enunciación se refiere al acto de decir, el enunciado a lo dicho, el resultado.
Mientras hablamos estamos en la enunciación, al acabar de hablar hemos producido un enunciado.

La diferencia remite a la que distingue lengua (sistema, abstracción, estructura, social) de habla (individual, concreta) según Saussure.

La lingüística, a partir de Saussure, ha ido ampliando al ámbito de su estudio a la realidad particular comunicativa que condiciona y explica el uso del lenguaje, asumiendo que el contexto no es circunstancial y contingente sino determinante. Así, además de la Fonética (sonidos), la Morfología (categorías), la Sintaxis (frases) o la Semántica (significados), la Lingüística incluye también la Pragmática y la Lingüistica del Texto..
Según la RAE, la Pragmática es la «disciplina que estudia el lenguaje en su relación con los hablantes, así como los enunciados que estos profieren y las diversas circunstancias que concurren en la comunicación.»

La teoría de la enunciación ha sido desarrollada sobre todo en el ámbito francés y en especial por Émile Benveniste (1902-1976).
La enunciación tiene implicaciones comunicativas (contexto, leer entre líneas, ironía, eufemismos, metáforas, frases inacabadas, doble sentido…) y sicológicas, por cuanto afecta a la identidad del sujeto.

Émile Benveniste

Según Benveniste, la enunciación es un acto en el que el sujeto (yo) se afirma frente al no-yo (tú…) y establece un anclaje de espacio (aquí) y tiempo (ahora) que establece una construcción subjetiva de la realidad.

Según Lacan, para cualquier oyente, el enunciado («lo que se dice») tapa la realidad de la enunciación («que se diga»). Nos quedamos con el contenido, siendo apenas conscientes de que alguien lo está generando. Nos centramos en lo dicho obviando el decir. La obra vela al autor.

Para Lacan, tiene prioridad la enunciación, por lo que tiene de individual y particular; por tanto permite que aparezca fugazmente el Sujeto del Inconsciente dentro de la masa del enunciado, mayoritariamente dictado por el sujeto consciente del Imaginario.

El sujeto lacaniano está en la enunciación: vacilante, fugaz, contradictoria, incompleta. Por contra, el enunciado (elaborado y coherente) queda fuera del interés del analista.
Importan las fallas, las pausas, las fugas de sentido: ahí es donde puede manifestarse el sujeto del Inconsciente.

Crédito: Imagen de freepik

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