Las vidas de Clara Schumann, Alma Mahler-Werfel o Lou Andreas Salomé apenas fueron una excepción: las mujeres no existían en el ámbito público o en todo caso eran la sombra de algún fantasma masculino.
Mathilde von Zemlinsky es recordada por su influencia en la vida de tres hombres: su hermano Alexander (único profesor reconocido de Schoenberg), el propio compositor (con quien se casó, convivió más de 20 años y tuvieron dos hijos) y un invitado inesperado, el pintor Richard Gerstl, que alquiló una habitación a la pareja, se enamoró de Mathilde y se fueron juntos hasta que ella regresó al hogar y él se suicidó cuando solo tenía 25 años.





Richard Gerstl, antes de suicidarse y quemar o destruir parte de su obra, dejó algunos retratos de Mathilde:


Al año de morir Mathilde, Arnold Schoenberg se volvió a casar y tuvo otros tres hijos.
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