La ambigüedad. ¿Qué simboliza el color rojo en una niña quizás preadolescente? ¿Qué se insinúa con la mantequilla en la cesta de Caperucita? ¿Por qué el lobo no se come a Caperucita tan pronto la ve? ¿Por qué la niña se acuesta desnuda? ¿Por qué la madre la envía sola por el bosque sabiendo de sus peligros? Etcétera.
- Primera pista: la fascinación universal por la historia (miles de versiones, del anime al porno pasando por la tradición oral y las moralejas) se sostiene sobre lo no dicho, la paradoja, la ambigüedad. ¿No es esto acaso lo Inconsciente mismo?
- Segunda pista: la sexualidad infantil. Reprimida, disfrazada, por supuesto. Es famosa la frase de una protagonista de la novela El bosque de la noche de Djuna Barnes: «A Nora se le pasó una idea por la cabeza: «¡Dios mío, los niños saben algo que no pueden explicar, les gusta Caperucita Roja y el lobo en la cama!»»
- Y una curiosidad: es el único cuento de Perrault sin elementos mágicos y es uno de los pocos cuentos tradicionales que la factoría Disney no ha versionado.
De las infinitas variaciones y refundiciones, dos se han popularizado por encima de las demás: la de Perrault (1697) y sobre todo la de los Grimm (1812).
La de Perrault es más descarnada (y por tanto «aleccionadora»: niñas, la peor de las muertes os espera si sois confiadas y libres) El lobo y la niña están desnudos en la cama, el lobo devora a la niña. Para fijar la enseñanza, tras una escenas traumáticas, Perrault acaba con la típica moraleja de sus cuentos:
La niña bonita,
la que no lo sea,
que a todas alcanza
esta moraleja,
mucho miedo, mucho,
al lobo le tenga,
que a veces es joven
de buena presencia,
de palabras dulces,
de grandes promesas,
tan pronto olvidadas
como fueron hechas.
La de los hermanos Grimm devuelve la confianza al auditorio: Caperucita y la abuela son salvadas por un cazador o recuperadas de la barriga del lobo por un leñador, que después lo mata: resucitan y el lobo es castigado. En una versión posterior añadieron que las dos mujeres cazan a otro lobo que amenazaba por los alrededores: final feliz, empoderamiento incluido.
Turno del psicoanálisis: Bruno Bettelheim («Caperucita Roja«. En Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Ed. Crítica, 1994, págs. 188-205)
Bettelheim argumenta el valor de los cuentos tradicionales: proporcionan claves simbólicas a los niños, que les permitían elaborar sus conflictos psíquicos:
«»Los verdaderos cuentos de hadas tienen significado a distintos niveles; sólo el niño puede saber cuáles son importantes para él en un momento dado. Al ir madurando, el niño descubre nuevos aspectos de estos cuentos populares y esto le confirma la idea de que ha llegado a una comprensión más madura, puesto que la misma historia le revela ahora mucho más que antes. Esto sólo puede suceder si no se le dice al niño, de manera didáctica, lo que se supone que transmite la historia, es decir, sólo cuando el niño descubre espontánea e intuitivamente los significados de un cuento que hasta entonces habían permanecido ocultos. Gracias a este descubrimiento, un cuento deja de ser algo que se había dado al niño, para convertirse en algo que él ha creado en parte.»
La significación latente en Caperucita contrasta con la del cuento clásico Hansel y Gretel, así lo va señalando Bettelheim:
- Hansel y Gretel: Infancia. Abandono obligado de la dependencia materna. Personajes maternos (madre, bruja). Fase oral. Principio del placer.
- Caperucita: Adolescencia. Viaje iniciático. Conflicto principio de placer vs principio de realidad. Personajes masculinos (lobo seductor vs leñador protector). Transferencia de atractivo sexual (la capa roja que regala la abuela a Caperucita). Sexualidad prematura y ambivalente. Simbolización del encuentro sexual (meterse en la cama; devorar como metáfora)

«Gustave Doré, en una de sus famosas ilustraciones para cuentos, muestra a Caperucita y al lobo juntos en la cama. En el dibujo, el lobo aparece como un animal más bien pacífico, mientras que el aspecto de la niña muestra una preocupación por los poderosos sentimientos ambivalentes que experimenta al contemplar al lobo que yace junto a ella. Caperucita no hace ningún movimiento para escapar. Parece intrigada por la situación, atraída y repelida al mismo tiempo. La combinación de sentimientos que sugieren su cara y su cuerpo se puede describir como fascinación. Es la misma fascinación que el sexo, y todo lo que lo rodea, ejerce sobre la mente infantil»
Más simbolizaciones: embarazo y/o cesárea (cuando las dos son extraídas de la barriga del lobo) acabados exitosamente, figura paterna (lobo, cazador), maduración personal (iniciativa de Caperucita de rellenar la barriga del lobo con piedras; la niña literalmente renace), evolución de la oralidad (descontrolada en el lobo vs controlada en Caperucita con su cesta). Etcétera.
«Cuando sale de la barriga del lobo, vuelve a nacer en un plano superior de existencia; al relacionarse positivamente con sus padres, ya no es una niña y vuelve a la vida convertida en una joven». Así acaba su análisis Bruno Bettelheim.
Deja una respuesta